sábado, 10 de mayo de 2014

Existencia

Constantemente suelo bromear sobre mi muerte o suicidio. Cualquier momento es el indicado para hacerlo siempre y cuando lo adorne con una sonrisa. Así mis amigos y familiares siguen la broma y todos reímos.

Pero, aún así, no dejo de cuestionarme el valor de la vida, la razón de mi existencia. ¿Por qué estoy aquí? ¿para qué nací? ¿por qué las veces que he estado a punto de morir, he logrado sobrevivir?
Esas preguntas rondan mi mente constantemente, día y noche, sobretodo en las noches, entre la oscuridad y el abrumador silencio de mi habitación.

Mentiría si digo que no he pensado en la muerte. Todo sería tan sencillo, la vida es tan efímera...Y no es que no me falten las ganas o el valor. No soy cobarde.

Pero tampoco soy de piedra.

Hay tantas personas atadas a mí, demasiadas existencias que se han enredado con la mía sin quererlo. No puedo mas que resignarme a existir en contra de mi voluntad. Entregarme a una no-existencia, larga, monótona y triste.
Yo solo deseo desaparecer...Ser libre de las cadenas que me atan a este mundo. Pero no podría. El costo a pagar, son las lágrimas y el dolor de esas personas que han desarrollado afecto hacia mi persona. No puedo pagar algo tan caro.

No puedo hacer más que marchitarme lentamente. Morir sin dignidad. Maldecir cada  día de mi vida por el simple hecho de haber despertado.

¿Por qué existimos? ¿acaso estoy aquí por algo o solo soy un capricho del destino?